Realmente no puedo dejar pasar
más días para escribir esta crónica así que siendo el día posterior a la
carrera, me dedico a ello.
En el tiempo que llevo en
Trotancap esta es la segunda crónica que narro, y lo decidí hacer por ser la
descriptiva de un día especial, “Feliz cumple equipo” lo especial lo generaba
la fecha, la multitud que somos, la distancia a recorrer, el tiempo a compartir
y el condimento a último momento: el Capi se durmió, todos pensamos que era
sábado o alguna falla de no haber leído un mail de cambio de horario, pero no,
se había dormido el hombre.
Disculpen si no plasmo lo sucedido en los dos
ómnibus es que yo iba en uno, en el cual se planteo una muy buena película “el
espíritu del maratón” la cual incentivo mucho a todos, yo como me dormí
describo el estado emocional de mi entorno, así que la hora de comienzo es para
mi las 8:30 cuando desperté.
Mates, charlas, una película que
tubo gran presupuesto de tinta roja, los desacuerdos y discusiones de Stephy
con la película, las risas y situaciones aplacaban las ansias, y la clásica
alegría que sentimos por hacer lo que hacemos.
Cuando descendimos en Young nos
reencontramos con todo el grupo ya que habíamos ascendido fraccionados y muchos
no nos vimos, siempre es un gusto compartir tiempo juntos, nos cambiamos, baño
mediante nos dispusimos a calentar ¡¡se nota cuando no va Richard ¡¡. Localidad
nueva, realmente un lugar agradable, de igual forma esto no le quito peso a lo
dura de la carrera, muchos con estados gripales, con lesiones, otros en mejor
condición, pero todos atravesamos la meta consagrando una nueva victoria a
nuestro legajo personal.
Luego de una hidratación
regenerativa acompañada de naranjas de la localidad (intenté con la medalla
romper la cáscara de una y se me dobló)
algunos nos bañamos, otros se refrescaron y otros se fueron a la casa de
familiares a saludar, que dicho sea de paso, ahí se quedaron hasta que volvió
el bus por ellos cuando a medio camino hacia el parque de arroyo grande, (que
nos seleccionó nuestro guía turística y amigo D. G.) surge la llamada que a
cierta gente le había gustado tanto que se habían quedado, menos mal que para consuelo
veníamos escuchando el glorioso pendrive de ……adivinen.
Nos esperamos para almorzar con
el segundo bus cosa que nos costo mucho ja, pero lo ideal era compartirlo
juntos y fue lo que hicimos, a orillas de un lugar precioso, un aplauso virtual
a las manos que elaboraron tantas cosas ricas como las que estuvieron en la
mesa de la tarde de ayer, entre el almuerzo, fotos, charlas, y una buena onda
tremenda se nos fue presentando el momento de regreso, nos olvidamos de cantar
feliz cumple…
El regreso: vaca, vaca, caballo,
vaca; opcional; una película bastante loca, dormir o la clásica partida de
truco en el fondo del bus, me toco perder con mi compañero Aníbal, ante José y
Pablo, lo tengo que mencionar sino es peor, créanme.
Siempre hay una persona destacada
en cada viaje, muchas veces fue Henry por sus buenos tiempos y como deja el
baño, Noni por su risa extravagante, etc. Hoy le toca a José, no, no solo por
que se durmió, ustedes ni se imaginan, vayan sumando: anduvo despeinado y sin
saludarnos hasta media hora desde que llego, contó como tres o más veces
cuantos éramos, y las que no debo haber visto, en la meta Edgardo Ramos no solo
le llamo Capitán de los trotancap sino también mano derecha de R. S. y la
última sino termino en Andarines, quería sacar agua caliente del dispensador
poniéndole la moneda por donde la expulsa cuando es una incorrecta, esto último
es indescriptible, estuvo a punto de pegarle a la máquina, tendrían que
verlo.
Será hasta el
próximo, abrazo…..
Gaby.